El arte es como una fuente de agua viva. Su gran valor consiste en que permite la introspección y nos salva un poco de ser devorados por el sistema atroz y absurdo en que vivimos. Es la única posibilidad de sacar todo lo bello y grande que hay en el ser humano.

Fernando García Ponce

Lejos de toda actitud programática, de toda preocupación sobre el sitio de su posible pintura en el curso de toda tradición, para García Ponce un cuadro no representa más problemas que el cuadro mismo. El espectador puede encontrar referencias, sugerencias, discursos. El pintor sólo soluciona un espacio con colores y espacios, y todas sus reflexiones y sus ideas acerca de lo que es el arte, el sitio de la actividad espiritual que es pintar tiene en una escala de valores, de la estética y de la ética, están contenidas implícitamente en la realización del cuadro.

Jorge Alberto Manrique

A lo largo de su relativamente corto itinerario creativo, Fernando García Ponce, en efecto, buscó sin cesar la expresión de su épica interior, de la corriente profunda, simultáneamente impetuosa y dúctil, que habita en naturalezas como la suya y las opone a cualquier imperativo histórico o social. De esta oposición, de esta lucha por dominar y encauzar sus propios impulsos, hizo las materias auténticas de su creación.

Rafael Tovar

Utilizó manchas, chorreadas, pegostes comerciales, letreros, cartón corrugado, veladuras, arenas, linóleo pintado, siempre cuidando (¿cuidando?) que un elemento encontrara su compensación en otro, que un plano hallara su contrapartida o que un color se hiciera valer al máximo en su efusiva inserción con otros colores. Creo que hizo todo lo que pudo por violar todas las posibles armonías y sin embargo ofreció a contrapelo un rico universo de contradicciones que siempre acabaron por configurar un sonoro y fuerte acorde, como si el impulso improvisado estuviera gobernado por una fuerza extrapersonal que evitara el caos y la confusión.

Teresa del Conde

García Ponce fue atraído en sus primeras obras por la naturaleza muerta más o menos estilizada en formas elegantes; pronto, muy pronto, este artista fue despojando su pintura de las formas de la realidad, para llegar a esta etapa “natural” de la pintura abstracta dentro de la abstracción geométrica, en la que García Ponce ha logrado muy buenas relaciones.

Dr. Alvar Carrillo Gil

Fernando García Ponce no es un geometrista ortodoxo y nunca lo fue. Imposible imaginarse que haya sido o sea capaz de limitarse al ángulo recto; que su temperamento de hombre sensual y emotivo haya podio renunciar, por ejemplo, a la diagonal. Repito: nunca fue un ortodoxo, un dogmático. Desde un principio sus cuadros geométricos revelan a través –y a pesar- del rigor a que se somete, su lirismo y su violencia emotiva. En el curso de los años su arte se ha venido “humanizando” constantemente.

Mariana Frenk-Westheim

Rompiendo con esa rigurosa perpendicularidad que inevitablemente lo hubiera llevado a esquemas que ya han sido exhaustivamente desarrollados, el pintor se aboca a la exploración de la inopinada diagonal, tradicionalmente el patrimonio geométrico de la pintura figurativa en sus formas más extremosas, y consigue con ello estos cuadros en los que las filosas aristas se atenúan y las pinturas producen, ahora, una emoción tal vez menos matemática pero más poética, si alguna diferencia hay entre estos términos.

Salvador Elizondo

En sus obras pasan cosas, se están en presencia de un ocurrir, un acaecer que es vivencia; intuición poética de enorme expresividad lírica. El uso del color denota la vitalidad con la que capta el mundo, la enorme sensualidad con la que mira y considera la realidad. No obstante, no existen muchos colores, 3 o 4 por lo regular, más la variedad de tintes, de tonos, el ensuciado del color (por medio del negro) y las distinciones o apoyos de matiz, le dan al espectador un sentimiento de opulencia, de variedad realmente inolvidable.

Armando Torres Michua

De la tensión y de la violencia surgen las relaciones entre esta pintura y los instintos terrestres. Pero, sensual como lo es, la obra de García Ponce expresa igualmente apetencias de ascenso y luz: espacios ascendentes - verdes, azules muy matizados, colores de materia transfigurada- que quieren ser y son ascenso"... … "La obra de García Ponce está constituida por una serie de señales vivas dirigidas hacia un mismo signo: el de la encarnación de la forma, el de la espiritualidad de la materia...

Ramón Xirau

Si bien García Ponce mantiene en su pintura un claro hilo conductor, sin embargo es posible discernir diferencias que tienen que ver con la actitud frente al color que ingresa en su obra no sólo como un estado de ánimo, también como la denotación de un vocabulario constructivo en particular. No podríamos hablar de una lógica evolutiva ni de una determinada periodización sino de obsesiones recurrentes: la pureza y el eclecticismo, la sobriedad y el abigarramiento, el orden y el caos. Pintura hecha de contrarios, la tela se convierte en testigo de un temperamento ambicioso, antropofágico, en campo de una sensibilidad que en el afán de una gran síntesis ha hecho la disección consciente de cada uno de los procesos que le obsesionan.

Rita Eder

De García Ponce, como pintor, hay que subrayar la importancia de su obra como todo, y el hecho de que aporta una contravención, o por lo menos un alejamiento de nuestros hábitos de simetría, armonía y totalidad establecidos (manidos), aun cuando estos dificulten la “lectura” de esta obra. Hay que acercarse a ellas sin ideas hechas. Sobre todo hay que buscarle significaciones, pues no cabe esperar de ellas significados establecidos. Además, lo sustancial de todo signo es significar siempre más de lo que somos capaces de imaginar.

Juan Acha

La obra de Fernando García Ponce se orientaba efectivamente “por el signo de rigor”, que tendía “a luchar contra el vacío” y que seguía siendo una pintura de esencia…simple, difícilmente, espacio vivo. Ello quería decir que la obra de Fernando García Ponce había ido creciendo manteniéndose fiel a sí misma, creciendo desde el interior de sí misma, creciendo, interrogándose sobre sí misma. Nunca trató de recordar aquel “modelo reducido” de la naturaleza de Lévi-Strauss que compensa la renuncia a dimensiones sensibles en favor de dimensiones inteligibles.

María Llüisa Borrás

García Ponce es un pintor abstracto y como todos ellos un solitario que ha roto con la realidad y se propone la tarea de re-crear una sensibilidad vuelta sobre sí misma, para recoger lo que adentro de nosotros no tiene nombre, ni continuidad, ni elementos, y sin embargo, es un trabajo que actúa sobre la realidad para transformarla y no un accidente desprovisto de propósitos.

Óscar Olea

En todos sus collages nunca los materiales van a suplantar a la pintura sino forman parte de ella. El pigmento tiene la vida por sí mismo y es tan importante que éste le da aliento a los materiales “no artísticos” que García Ponce incorpora a sus obras. A diferencia de los dadaístas, a Fernando le interesa un orden y equilibrio perfecto ante el valor de la imagen y la composición formal, esto no les concierne mucho a los dadaístas como el caso de Max Ernst en “The hat makes de man”.

Valeria Vandder

El ser humano ha intentado por todos los medios a su alcance y, según sus capacidades y posibilidades, destacar, desarrollarse en el campo que ha decidido emprender. Hay personas que nacen con ese espíritu de competencia, el de buscar nuevos y distintos derroteros, aportar, innovar. A veces, estas búsquedas no están necesariamente en el consciente, no afloran de inmediato; sin embargo, todos nosotros, en el desempeño que seleccionemos, pretendemos llegar a ser alguien. No siempre lo logramos, pero existen aquellos seres que no sólo llegan, aportan, sino que se convierten en emblema, y uno de ellos es Fernando García Ponce para el arte mexicano del siglo XX.

Miriam Kaiser